Últimamente los medios y los foros económicos vienen usando la palabra DESACELERACIÓN, sería acertada en una fase incipiente, que yo considero es la actual, de un problema de mucho mayor calado. Para ello, hay una serie de indicadores que nos indican “alerta navegantes”. El articulo que comparto con ustedes es la prueba fidedigna de que algo está sucediendo. Cuando la morosidad en las entidades financieras crece, tanto por empresas como por particulares, ya tenemos un problema encima de la mesa. Y este sabemos que tiene “malas pulgas”,  o es que ya no nos acordamos de las subprime, Lehman Brothers y lindezas similares y de todo el desastre mundial que ello conllevó.

Otro dato importante aunque no aparezca en este artículo es el incremento de concursos de acreedores en los últimos meses. Me comentaba un directivo de cierta entidad financiera, que se persona en representación de ésta en todos los concursos de la zona de País Valenciano, Cataluña, Aragón y Baleares, que en Noviembre y Diciembre el crecimiento concursal fue espectacular. Sectores económicos variados. El problema de focalización de riesgos es que no hay un sector maléfico identificado sino que son empresas de todos los sectores las que están atravesando situaciones complicadas.

Las entidades financieras están restringiendo el crédito para aquellas empresas que no cumplen con un rating adecuado (se están reestudiando), sin embargo se lo ofrecen a aquellas cuyas políticas financieras conservadoras desestiman el apalancamiento financiero; léase no lo quieren. ¿Dónde estamos?

Todo ello nos conduce a que las peticiones de refinanciación por parte de las compañías también se han incrementado. Aquí entramos ya en un terreno muy complicado y que he vivido muchas ocasiones a lo largo de mi vida profesional, les hablo de la necesidad de tratar con un pool bancario. Si es usted empresario y está leyendo este artículo créame, negociar con 4, 5 o 7 bancos a la vez, sentados juntos en una mesa y cada uno "barriendo para su casa" léase para garantizar el pago de sus activos, es una tarea durísima que debe realizar un consejero externo. Lo valorará usted y sobre todo sus interlocutores los bancos. Ellos van a tener una persona acostumbrada a negociar en estas complejísimas situaciones, el profesional externo conocerá a la perfección el estado de su empresa pero para negociar estará desprovisto de connotaciones emocionales que muchas veces impiden una buena y eficaz negociación. 

Un profesional externo siempre va a transmitir confianza y seguridad a las entidades financieras. Yo personalmente puedo asegurarles que en muchos casos he evitado entrar en procesos concursales que nunca son la solución. Créanme, no los desean ni ustedes ni las propias entidades bancarias. Hay que saber llevar la negociación para que termine en un buen acuerdo para todos.

El panorama actual indica que estamos entrando sin duda en una espiral negativa para la que hay que estar preparado. Habrá que definir una buena planificación estratégica, habrá que analizar si hay que reformular los presupuestos anuales económico-financieros estresándolos como medida cautelar para poder tomar las decisiones que correspondan, quizá deberemos tener también definido un mapa de riesgos... En estos temas, que ya conocemos a nivel profesional, hay que invertir tiempo para obtener la información necesaria, trabajarla, prever distintos escenarios y tomar decisiones estratégicas.