Vegano, vegetariano, crudivegano, flexivegano o flexiterano, ovolacteovegetariano… Y así hasta 3,8 millones de personas, sólo en España!!

El cambio en las tendencias de consumo es evidente. La presión que ejercen los millenials por el NO consumo de productos de origen animal se generaliza; hay que adelantarse y adaptarse a esas nuevas tendencias de consumo.

El otro día me sorprendió encontrar en el lineal del super crema de calabacín de Capell. Me llamó la atención la estupenda evolución de una empresa que comenzó produciendo miel y mermelada desde su sede en Bellvís; son un ejemplo de adaptación a esta nueva demanda.

McDonalds ha anunciado un acuerdo para la distribución de hamburguesas sin proteína animal en Canadá (Burger King ya lo hace en EE.UU.). Las cadenas de pizzerías ofrecen alternativas veganas en sus cartas. Las apps de comida a domicilio, como Just Eat, ya incluyen en su oferta la comida vegana. El impacto del movimiento veggi se puede comprobar en marcas lácteas históricas que actualmente ofrecen alternativas a las mal llamadas “leches vegetales” que incrementan en niveles espectaculares su resultado en cada ejercicio económico.

No debemos esperar a que la competencia se anticipe para buscar opciones diferentes. En nuestro despacho hemos ayudado a más de una empresa a redirigir sus esfuerzos en la adaptación a sus consumidores, mejorando la oferta para esos clientes objetivos y dando con la solución para incrementar ventas y ser más rentables.

En resumen, la adaptación a las nuevas tendencias de consumo constituye la clave del éxito o el fracaso a largo plazo si no detectamos y reaccionamos ante los cambios de comportamiento del consumidor.

Carnívoros no quiere decir inflexibles, no??